Las reformas en viviendas cada vez son más comunes. Y es que con el paso de los años algunas infraestructuras de edificios quedan anticuadas y necesitan ser adaptadas a las nuevas necesidades de los inquilinos, esto ocurre principalmente en los edificios antiguos.
Las reformas sirven no solo para dar una nueva imagen al edificio sino para cubrir esos déficits de funcionalidad que nos podemos encontrar. Uno de los más comunes es la necesidad de cambiar el sistema de fontanería o el cableado eléctrico.
En el blog de hoy os daremos a conocer los principales tipos de reformas que podemos encontrar y las ventajas que ofrece cada uno.
Lo primero es saber si se necesita licencia o permisos según el tipo de reforma que vayamos a llevar a cabo. La clasificación de las obras sujetas a licencia se recoge en la normativa urbanística de cada municipio, ya sea en el Planeamiento General de Ordenación Urbanística o en las Ordenanzas Municipales. Es decir, que la consideración de obra mayor o menor dependerá de la normativa local sobre uso y edificación.
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Obras o reformas menores
Se caracterizan por su sencillez técnica y escasa entidad constructiva y económica, y que en general no precisan ni de proyecto firmado o profesionales titulares (arquitecto, aparejador, arquitecto técnico…)
Suelen tratarse de pequeñas mejoras que en ocasiones se pueden realizar sin necesidad de contratar a un experto. Es el caso de pintura de paredes de la vivienda, pequeñas actuaciones de reparación simple, decoración, cambio de puertas y ventanas, instalación de fontanería, electricidad, calefacción, saneamiento y demás revestimientos, mantenimiento de acabados y/o limpieza etc.
Dentro de las reformas menores encontramos toda reforma que necesite licencia y que no afectan a la estructura o sustentabilidad de la propiedad.
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Obras o reformas mayores
Son aquellas obras de arquitectura en las que la complejidad técnica y constructiva requieren de la elaboración y aprobación de proyecto técnico y visado por el correspondiente Colegio oficial
Las obras mayores son las reformas de mayor envergadura, son las que suelen llevar a la alteración de elementos estructurales. Uno de los ejemplos más habituales es tirar paredes y cambiar el número de habitaciones.
Para este tipo de reformas es imprescindible contar con especialistas; técnicos especializados que describan el tipo de obra, fecha de inicio, duración prevista, presupuesto, estudio de residuos y sistemas de seguridad. Es necesario contar con la aprobación de las autoridades municipales para comenzar una obra de este tipo.
Se consideran obras mayores las obras por cambio de cubierta, obras de reforma interior que interviene en la estructura inicial, ampliación de vivienda unifamiliar
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